

La intrusa. Virginia García | Damián Muñoz

MATERIA | UMBRAL | MOVIMIENTO
Método de entrenamiento, investigación y creación de La intrusa
Mientras adquirimos conocimientos a través de la práctica personal, nuestros patrones se van fortaleciendo, volviéndose formas recurrentes que nos atrapan casi de manera involuntaria. Se reducen así, las posibilidades de transformarse en otros cuerpos, en otras formas de crear e interpretar el movimiento.
MUM articula un recorrido que va desde la “materia” (lo que somos y tenemos), pasa por el “umbral”(donde nos retamos y transformamos) y culmina en el “movimiento” (la expresión y comunicación del proceso). Estos tres conceptos forman un sistema que guía tanto el desarrollo pedagógico como el proceso creativo.
MATERIA
La materia representa el cuerpo como sustancia física, emocional y simbólica. Es la base tangible desde la cual parte toda creación y aprendizaje. En este contexto, la materia no solo se refiere a los músculos y huesos, etc. sino también a las emociones y a las memorias alojadas en el cuerpo
UMBRAL
El umbral se concibe como el espacio de transición o frontera donde surge la transformación. Es un punto intermedio entre lo conocido y lo desconocido, un lugar de incertidumbre y posibilidad creativa.
MOVIMIENTO
Se relaciona tanto con la acción física como con el flujo interno de emociones y pensamientos. Aquí, el movimiento no solo se entiende como algo técnico, sino como una extensión de la materia y el umbral.
SESIÓN MUSICAL
Contar con un DJ en vivo durante los entrenamientos transforma la experiencia en algo único y enriquecedor. El acompañamiento en directo sincronizado con el desarrollo de la clase no solo aporta dinamismo y frescura, sino que también crea un diálogo constante entre el sonido y el movimiento, adaptándose al instante a las necesidades y energía de los bailarines.
Saber utilizar el pulso musical ayuda a la permanencia de un estado vivo.
El DJ se convierte en un puente creativo, potencia la conexión emocional del grupo. Esto genera una energía colectiva que fluye y evoluciona en tiempo real, invitando a los bailarines a explorar nuevos territorios físicos y emocionales.
La utilización del ritmo como motor impulsa la continuidad del movimiento, ayudando a los intérpretes a mantener la concentración, profundizar y permanecer en un estado vivo. Fomenta un estado de inmersión donde la exploración del cuerpo, las dinámicas y las texturas del movimiento, se vuelven más orgánicas y viscerales.